Burgos Histórico, Cultural y Gastronomico

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Visita Burgos

A orillas del río Arlanzón, con susurros de viejo romancero, se alza la histórica ciudad de Burgos, Cabeza de Castilla, y una de las más bellas ciudades de España. Burgos limita al norte con Cantabria, al este con  Alava , La Rioja y la provincia de Soria, al sur con Segovia y al oeste con las provincias de Valladolid y Palencia.

Fundada en el año 884 por el conde Diego Rodríguez Porcelos, bajo el reinado de Alfonso III, la ciudad de Burgos conserva la impronta de siglos que pusieron en ella sus fundadores.

Toda la ciudad tiene rincones, plazas y callejas de sabor singular y belleza, resaltada, no sólo por su monumentalidad artística, sino por sus hermosos paseos y jardines que invitan al visitante a pasearla, disfrutando de sus múltiples encantos.

Castillo de Burgos



La provincia de Burgos, con sus límites actuales, data de mediados del siglo XIX, cuando el conde Diego Rodríguez Porcelos procede a su fundación en pleno avance repoblador desde las montañas del norte hacia las llanuras del centro de la Meseta norte.

Burgos, territorio donde se gestaron los orígenes históricos de Castilla y donde nació el idioma castellano, es una provincia sembrada de incomparables y bellísimas muestras del patrimonio artístico y cultural. Sus tierras están cuajadas de iglesias, ermitas, monasterios, palacios, torres y castillos de todas las épocas y estilos. Todos estos restos son el testimonio inequívoco de una historia densa y casi sin parangón. Pocos territorios pueden presumir de tal variedad, cantidad y calidad de monumentos.

Desde el cerro del Castillo, mirador privilegiado de la Ciudad, Burgos aparece al alcance de nuestra mano, mostrándonos el entramado de sus viejos barrios presididos por la singular estampa de la Catedral, que despliega ante nosotros toda su grandeza con el encanto de torrecillas y chapiteles disparados, cual pétreas saetas de piedra cincelada, hacia los cielos azules y puros de Castilla. Y en torno suyo, las iglesias góticas de San Esteban, San Gil, San Nicolás y Santa Águeda; un poco más allá, San Lesmes y a las afueras de la ciudad, el espléndido conjunto del Real Monasterio de las Huelgas y, a lo lejos, como perdida entre verdores de pinares, la Cartuja de Miraflores.

La provincia de Burgos es protagonista principal en el trazado del Camino de Santiago dentro de la Península Ibérica. Su estratégica situación geográfica hizo de ella un paso obligado para los millones de peregrinos europeos que desde sus países de origen se dirigían a la búsqueda de la tumba del Apóstol Santiago.



Durante los cerca de 114 kilómetros que atraviesan su territorio se sucede un impresionante conjunto patrimonial que con justicia ha merecido su declaración como Patrimonio de la Humanidad, además de una contrastada y bella naturaleza en la que se alternan llanuras, montes, valles y páramos.

Todas las poblaciones que son atravesadas por los 114 kilómetros burgaleses del Camino Francés conservan una importante huella de su paso. Redecilla del Camino, Belorado, Villafranca Montes de Oca, San Juan de Ortega, la ciudad de Burgos, San Antón y Castrojeríz son sus hitos principales.

Burgos es una tierra para disfrutar con todos los sentidos. El acervo popular atesorado durante siglos por los habitantes de la provincia y del que son buena muestra sus ricas tradiciones, su casi inabarcable cancionero, sus fiestas, y, en algunos casos, sus todavía ancestrales formas de vida han dejado un poso incomparable y que confiere al burgalés un carácter único y singular. Gozar de su clima, perfecta síntesis entre la suavidad europea y la luminosidad Mediterránea y disfrutar de sus aguas en los Balnearios de Valdelateja y Corconte que ofrecen tratamientos terapéuticos gracias a sus fuentes subterráneas; y sentir su diversidad, la palabra que define a la provincia burgalesa, y que es aplicable a la amplia gama de los acogedores alojamientos que le esperan para su merecido descanso: monasterios que invitan al sosiego y a la reflexión lejos de la turbulenta vida moderna, establecimientos hoteleros, casas de turismo rural o degustar su afamada gastronomía y paladear sus excelentes vinos en alguno de sus restaurantes.

Gastronomia

La gastronomía burgalesa ha traspasado los límites provinciales y varios de sus platos y preparaciones se han convertido de estrellas del arte culinario nacional. El lechazo asado en horno de leña, la olla podrida, la morcilla de arroz y el queso fresco de Burgos son los más conocidos.

En la gastronomía de Burgos tiene mucho peso la inusual diversidad de sus climas y ecosistemas. Verdadero mosaico de paisajes, las tierras provinciales son capaces de producir las más variadas, delicadas y saludables materias primas: verduras, ajos, cebollas, patatas, setas, frutas, legumbres, corderos lechales, carnes rojas, caza mayor y menor, caracoles, miel natural, morcillas de arroz, todos los derivados de la matanza del cerdo, quesos frescos y curados de leche de oveja, panes artesanales y pastas conventuales.

Lechazo de Burgos



Con ellas y con el buen hacer de los restauradores locales se pueden elaborar las más sugestivas recetas. Unos platos sencillos y poco sofisticados que son capaces de hacer sentir el más auténtico y tradicional placer de comer, pero que se adaptan a la perfección a las corrientes culinarias más innovadoras. Unas novedosas tendencias que no sólo buscan atractivas presentaciones, sorprendentes mezclas e inusuales texturas, sino que pretenden ser cuidadosas con una dieta sana y equilibrada.

Que ningún viajero que se acerque hasta la provincia de Burgos se vaya sin probar unas sopas de ajo, un pincho de morcilla frita, una olla podrida con alubias de Ibeas, unos caracoles a la burgalesa, un cordero lechal asado en horno de leña o un queso fresco de Burgos. Para los que no puedan con todo a la vez, una buena idea es abastecerse de los productos necesarios en los surtidos mercados y tiendas especializadas y seguir los consejos de las recetas, en su versión tradicional y moderna. Y no nos olvidaremos de acompañar estos platos con alguno de los excelentes y reputados vinos tintos de la Ribera del Duero y el Arlanza.

La excelente morcilla de Burgos



La materia prima de su despensa radica en el pan, en el vino y en las carnes, cosechados en los extensos campos de cereal, en los abigarrados viñedos, en los pequeños e infinitos huertos murados y en las nutridas cabañas ganaderas, todavía mayoritariamente familiares, que dominan en las tierras fragmentadas de las viejas aldeas de Castilla.

Artesania

Las artesanías de marcado carácter familiar contribuyen a mantener y fomentar la cultura popular en los destinos turísticos de la provincia. Heredadas de los viejos gremios medievales, estas manifestaciones se convierten hoy en un legado artístico de gran valor que se refleja a través de multitud de ejemplos en vidrio, cera, cestería, joyería o ebanistería entre otros.

Aunque surgieron como oficios elementales para el abastecimiento de pequeñas familias, a pesar de la industrialización, el apego es tal que incluso este gremio está renaciendo con las nuevas generaciones. Se trata de los nuevos artesanos que, ligados en ocasiones a las técnicas y formas innovadoras, se resisten a desligarse de la estética, la creatividad y el arte que rodean a las artesanías.